La sexualidad está presente en toda nuestra vida, y lo ha estado a lo largo de toda la humanidad. Es algo consustancial al ser humano, y a todos los seres vivos.
Durante siglos, en nuestra cultura la sexualidad ha sido un tema tabú, y aún hoy en día las falsas creencias y los mitos siguen existiendo. La sexualidad se ha visto siempre como algo sucio y vergonzoso, limitada dentro del matrimonio y con fines meramente reproductivos: es decir, el modelo heterosexista, genital y reducido al coito. Al hablar de sexualidad siempre se ha hablado desde este modelo, haciendo referencia a las relaciones coitales entre un hombre y una mujer.
Afortunadamente hoy entendemos que hay muchos sentimientos, actitudes y comportamientos que tienen que ver con el deseo y con el placer de estar en contacto con otras/os; con la capacidad de dar y recibir caricias, abrazos, atención, miradas y de establecer una relación íntima, afectiva, sensual, erótica, genital,.. Poco a poco comprendemos que el deseo sexual no es exclusivo del modelo heterosexual, sino que hay múltiples sexualidades, y que diversidad no significa separación sino enriquecimiento de la Sexualidad Humana.
Llamamos sexualidad pues, a todos esos sentimientos que existen hacia el cuerpo y el de otras personas, a las fantasías y deseos de tocar y sentir; a la forma de disfrutar del placer sexual. Tiene relación también con las normas morales que hablan de lo que es bueno y malo, feo o bonito, atrayente o rechazable; y finalmente, el cómo se vive la sexualidad está relacionado con el hecho de ser hombre o mujer. En definitiva, tiene que ver con cómo nos sentimos dentro de nuestro cuerpo sexuado, con nuestra personalidad, con el placer y las emociones, con otra forma de comunicarnos con los otros a través del cuerpo, y también, con la reproducción.
Cuando no vivimos una Sexualidad saludable, ponemos en peligro nuestra capacidad de dar y recibir placer, comenzamos a tener trastornos sexuales, a sentirnos incómodos e incomunicados con nuestro propio cuerpo y con el del otro/a, por ello existen muchas formas de potenciar tu vida sexual, date un capricho y reaviva la llama de tu sexualidad, con juegos eróticos, con innovación con tu pareja o porque no con la compra de algún jugetito en un sexshop .Hace falta haber recibido una buena educación sexual por parte de la familia, amigos/as e instituciones para comprender la importancia de la Sexualidad y vivir cómodamente con ésta.
Paula Peña. Psicóloga y Sexóloga.
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30 abril, 2014 at 8:50 am
Un gran post, enhorabuena